Jachnun (Yemen)

Probablemente encontrareis que esta receta corresponde a la gastronomía yemenita pero en realidad se trata de otra muestra de cocina hebrea. La cocina judía se encuentra presente de forma directa o por influencia en prácticamente todas las gastronomías del Mundo y es, con toda probabilidad, una de las que han ejercido mayor influencia a nivel global. La diáspora judia que se inició hace prácticamente 2000 años hizo que sus formatos culinarios se extendieran por todo el mundo conocido sufriendo así mismo, gracias al aislamiento de las comunidades hebreas, una evolución particular. El trasvase de las recetas de las comunidades judías hacia las comunidades gentiles que los rodeaban era inevitable porque la gastronomia no conoce de barreras de ningún tipo. La famosa mona de pascua muy popular en Cataluña y los mazapanes de Toledo son en realidad postres judíos e incluso la ensaimada mallorquina, por su forma de preparación, es prácticamente seguro que fue creación de los judíos de las Baleares. Es más, debido a las terribles vicisitudes que ha sufrido el pueblo de Abraham a lo largo de los siglos, algunas recetas fueron transformadas por los gentiles que las tomaron como propias para evitar se acusados de judeizantes. Así se piensa que a la ensaimada se le añadió manteca de cerdo porque este animal está prohibido en la tradición judía.
Con el Jachnun ocurre algo parecido. Fue creado por los judios residentes en el Yemen y tomado por los árabes que lo han convertido en el desayuno típico del pais.

INGREDIENTES :

500 gramos de harina de trigo
100 gramos de mantequilla
3 cucharaditas de azúcar
2 cucharaditas de sal
2 vasos de agua tibia

Cogemos todos los ingredientes y los mezclamos en un bol. De la mantequilla sólo emplearemos 25 gramos, el restante lo reservamos.

Haremos la mezcla con energia, amasando con nuestras manos hasta que quede una masa elástica. Cuando esto ocurra dejaremos reposar durante media hora cubriendo con un paño húmedo. Transcurrido este tiempo volveremos a trabajar con energía la masa y la dividiremos aproximadamente en seis bolas. Volvemos a cubrir con un paño húmedo y dejamos reposar una hora. Pasado este tiempo procederemos a crear la forma típica del jachnun. Fundimos ligeramente los 75 gramos restantes de mantequilla y extendemos un poco sobre la superficie donde vamos a dar forma. Agarramos una bola y con la ayuda de un rodillo de amasar la extendemos tanto como podamos. Salpicamos con un poco más de mantequilla fundida y empezamos a plegar en una dirección de manera que capas de unos dos o tres centímetros de ancho vayan superponiéndose como si se tratara del fuelle de un acordeón. Al final del proceso quedará una especie de rollo de unos veinte centímetros de largo por tres o cuatro de ancho. Ahora vamos a hornear. El horneo del jachnun es lentísimo y diferenciador : es el horneo el que da carácter a la receta.

Colocaremos los rollos en un recipiente previamente bañado en mantequilla que calentaremos en el horno a 90 grados durante un mínimo de 8 horas, lo que vendría a ser más o menos toda la noche. El resultado final es una masa de un color amarronado que se sirve en el desayuno acompañado de huevos duros y una salsa picante de tomate. Es decir, la idea era que el jachnun se preparase "solo" durante la noche y tomarlo recién hecho por la mañana.