Té árabe

El té es la bebida caliente más común entre los árabes. En árabe té suena t'sai (شاي) , un término que suena bastante parecido al  'chai' turco. Ambas palabras proceden del chino mandarín donde la infusión se denomina "cha" ( 茶 ), lugar de origen de la planta del té.

Tanto las palabras té (español), tea (inglés), alemán, holandés y la mayoría de lenguas europeas proceden también del chino, pero en este caso de una variante dialectal que se hablaba en el sur donde se denomina "te". Así los pueblos que recibían el té por comercio terrestre nombran a este producto con términos parecidos al "cha" mandarín, mientras quienes lo recibían por comercio marítimo lo llaman "te". Sólo hay una excepción que es el caso de Portugal que si bien fue de los primeros países europeos en comerciar por vía marítima con la China lo hacía a través del puerto de Cantón cuyo idioma emplea también la palabra "cha".

Los árabes recibieron por tanto el té por vía terrestre, y más concretamente a través de los persas cuyas fronteras lindaban con China. Una vez conocida la bebida la adoptaron rápidamente y alrededor de ella tejieron toda una ceremonia sin guión, de visitas entre familias y clanes, donde el té nunca podía faltar. La preparación es muy sencilla, se pueden emplear ingredientes fáciles de encontrar en Occidente y no es necesario utilizar menaje especial como en el caso del té japonés o turco si exceptuamos los vasitos de cristal en forma de tulipán.

Ignoro la cantidad exacta de té que llega a tomar un árabe a lo largo del día pero estoy seguro que no baja de un litro. Incluso cuando trabajan es habitual que haya una especie de criado que va repartiendo vasitos de té entre los trabajadores bajo petición o cuando se percata que el anterior vasito ha quedado vacío.

INGREDIENTES (para 8 vasitos pequeños o cuatro tazas medianas) :

2 vasos de agua (400 ml)
2 bolsitas de té o dos cucharaditas de té *
4 hojas frescas de salvia o bien una rama de menta fresca
4 cucharaditas de azúcar (o al gusto)
Semillas de cardamomo (opcional)
Miel (opcional)
Rodajas de limón (opcional)

* La marca de té en bolsitas más empleada en Arabia Saudita es Lipton. De hecho no encontraréis de ninguna otra marca ya que parece ser que el monopolio pertenece a un príncipe de la casa real que no vería con buenos ojos productos de la competencia.

En una cazuela llevamos a ebullición el agua.  Cuando esto ocurre la vertemos en la tetera donde ya hemos colocado las dos bolsitas  o bien las dos cucharaditas de té. Seguidamente introducimos la rama de menta o bien las hojas de salvia, al gusto (particularmente prefiero la primera) y si se quiere algunas semillas de cardamomo o bien, menos frecuentemente, una cucharadita de miel y una rodaja de limón. Algunos prefieren añadir el azúcar directamente pero en mi caso lo añado después y así cada cual elige el dulzor que desea.

Se debe dejar reposar unos 6 ó 7 minutos y ya se puede servir. Si habéis utilizado bolsitas no hay problema, pero si habéis empleado té suelto se puede filtrar con un colador o bien dejar que caigan en el vaso y ya se irán aposentando en el fondo poco a poco (en este caso el azúcar hay que añadirlo en la tetera para evitar que el comensal, al remover con la cucharilla, levante de nuevo los posos del té).

El té árabe SIEMPRE se toma caliente o como mucho templado, aunque se esté a 50 grados a la sombra. De hecho tomarlo caliente les ayuda a sudar y rebajar así la temperatura corporal, así que poco Nestea con hielo veréis consumir en los países árabes. No se debe depositar la menta u otro saborizante en el interior del vaso y si nos resulta demasiado fuerte se puede - y debe - rebajar con un poco de agua. 

Es una descortesía rechazar un té ofrecido por un árabe, ya sea el que te tiende un beduino del desierto o al que te invita el Rey de Arabia Saudita. Además se espera que el invitado tome al menos tres tazas, le guste o no, pudiendo a partir de esa cantidad rechazar cortesmente cualquier nuevo intento de rellenado del vaso. Y si no dice nada, se tragará de una sentada un par de litros como a mi me ocurrió al principio de viajar por la zona.